Hola, bienvenid@s al mundo de la economía; en este primer blog trataremos algunos de los problemas que enfrenta la economía Popular y Solidaria o la economía del tercer sector.
La economía social es aquella que hace énfasis en los
intereses de la mayor parte de la sociedad y da importancia en los procesos de
producción, distribución, consumo y acumulación al factor trabajo sobre el
factor capital y a la propiedad de los trabajadores y propiedad comunitaria
sobre la propiedad privada. La Economía Popular y Solidaria es una de las
expresiones más depuradas de la economía social basadas en la justicia,
cooperación, la reciprocidad, y la ayuda mutua. (ECO CRI, 2008) .
En la historia del Ecuador, las prácticas de EPS, se
remonta a varios cientos de años como las prácticas ancestrales andinas. Sin
embargo las interrelaciones, el funcionamiento y su estructura en este sector,
no estaban totalmente definidas. La nueva Constitución, desde octubre de 2008,
establece que el sistema económico estará integrado por formas de organización
económica pública, privada, mixta, popular y solidaria. En abril de 2011, la
Asamblea aprobó la ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria y desde febrero
de 2012 está en vigencia el reglamento a dicha ley (EL TELÉGRAFO, 2013) . Desde su vigencia
se han detectado varias inconsistencias en el desarrollo de este sector. En los
diferentes debates de varios autores y actores políticos y sociales, se han
identificado problemas que enfrentan los integrantes de la EPS, entre los
cuales hacemos referencia a los más relevantes: 1) La desarticulación de las
acciones entre los organismos de control y regulación y los actores; 2) La
aplicación de Código Monetario y Financiero; que tiene reglas claras para
impulsar las cooperativas de ahorro y crédito, pero no es claro para el sector
no financiero, como las cooperativas de producción, de servicios u otras formas
asociativas; 3) Tiempos y papeles excesivos para la liquidación de cooperativas
o asociaciones, no se identifican con facilidad o claridad a quién pertenece
cada segmento; 4) Ingresos marginales en algunos segmentos; 5) Insuficientes
medidas de incentivo, fomento y promoción, además de la lentitud en la entrega
del RUP[1]
por parte del SERCOP[2],
lo cual dificulta a las organizaciones participar del mercado, entre otros.
Ante estos inconvenientes es prudente empezar a trabajar
consolidando las políticas públicas al interior del Estado, mejorando los
instrumentos legales, dotándoles de mayores alcances y oportunidades para los
segmentos menos favorecidos de la EPS; cabe mencionar que según estudios (CLAC/FairTrade, 2015) Ecuador y Brasil
tienen uno de los marcos legislativos más avanzados en relación al comercio
justo que favorecen y fomentan el sector popular y solidario; sin embargo se
debe dar una mayor participación de los sectores asociativos como porcentaje de
ventas para contrataciones públicas, así por ejemplo uno de los mayores
oferentes de la EPS son los actores dedicados a la venta de “Servicios de
Confección de Prendas de Vestir”, seguidos de la preparación de alimentos,
mientras que uno de los mayores demandantes de bienes o servicios son el
Ministerio de Educación, entre otros (Servicio
Nacional de Contratación Pública, 2016) . Además se debe generar
oportunidades para la óptima legalización de la tenencia de la tierra para los
pequeños productores y la agricultura familiar, esperando ser promovida por la
reciente aprobada Ley de Tierras y Territorios Ancestrales, y solucionar la
incertidumbre sobre la propiedad de los bienes inmuebles y maquinarias de las asociaciones
liquidadas cuyos capitales fueron financiados con recursos públicos.
Debido a los impactos de la recesión económica a nivel
mundial, cuyas réplicas afectan al país, es importante fortalecer y que sean
sostenibles las capacidades de reacción del sector popular y solidario, mismo
que según datos de la SEPS se estima que al año 2015 la EPS involucra a más de
5 millones de socios y asociados, siendo este sector uno de los más favorecidos
por las políticas económicas y sociales implementadas en los últimos años,
evidenciando una mayor redistribución hacia los sectores y actores con menores
ingresos (Ej: El coeficiente de Gini[3]
pasó de 0,5509 en dic-07 a 0,4757 a dic-15) (Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INEC), 2007 - 2015) .
Finalmente el sector de la EPS debe moverse en grades
sinergias como: 1) Funcionar en un marco definido en valores y principios; 2)
Utilizar metodologías de evaluación de Balance social y buen gobierno
cooperativo; 3) Debe ser el motor creador y dinamizador del trabajo y empleo;
4) Debe ser un motor de desarrollo endógeno; 5) Debe tener anclaje territorial
que garantice la soberanía y seguridad alimentaria, entre otros aspectos que
contribuyan al desarrollo del país.
[3] Es un índice de desigualdad, que resume la
manera cómo se distribuye una variable entre un conjunto de individuos. En el
caso particular de la desigualdad económica, la medición se asocia al ingreso
(o al gasto) de las familias o personas.